martes, 24 de febrero de 2009

Palabras Tachadas

Este poema lo empecé a escribir hace ya algunos meses. Hoy lo he terminado.

Cada día al despertar vuelven a mi pensamiento,
la sombra de tu aroma y el calor de tu alma,
que recorren mi mente y mi pecho en el silencio,
y son dulce tormento mientras respiro en calma.

Cada día me encierro en mis recuerdos latentes,
los instantes perdidos de ilusión esbozada,
convertidos de pronto y con un suspiro de palabras,
en una falsa esperanza desenmascarada.

Cada día te pienso, cada día te esfumas,
desapareces en el aire de la mañana,
mientras camino por una senda amurallada,
afilada hoja de mi realidad mundana.

Cada día al despertar navego en el vacío,
por un oscuro cauce de rostros y miradas,
que desemboca en un océano de tristeza,
donde nada existe... salvo palabras tachadas.

lunes, 16 de febrero de 2009

... de rubias, conformismo, demencia y golpes en la cabeza.

Vuelvo a Getafe en el bus. Hay dos tías a mi izquierda hablando-cotorreando a un volumen un pelín alto para mi gusto, aunque en realidad no me molesta. Deshecho la tentación de cotillear la conversación y saco el iPod, me queda poca batería. Pongo el modo aleatorio, pero no sale ningún tema que converja con mi estado de ánimo hasta que empieza a sonar The Outsiders de Franz Ferdinand, entonces saco un papel y un boli del bolsillo interior de mi chaqueta y empiezo a escribir apoyado en mi ejemplar de Escoria, embelesado con la sensación de poder que supone el hecho de escribir acerca de las dos rubias de aquí al lado sin que ellas puedan saberlo… menuda gilipollez. La tía que está en el lado del pasillo tiene unas piernas nada despreciables debajo de esas madias oscuras. Ahora suena Mi Matadero Clandestino de Los Piratas y se me va un poco la pinza y me siento como Spider Jerusalem, aquí “escribiendo en vivo y en directo”.
Hoy es lunes, y por tanto vengo del cine. La peli de hoy no ha sido nada del otro mundo, pero sí que tiene un par de ideas interesantes… estamos llegando, la rubia de las piernas ha pulsado el botón para solicitar la parada ahorrándome a mí el esfuerzo. Cuando el autobusero gira a la izquierda para tomar la Avenida de Aragón, me levanto de mi asiento, golpeándome en la cabeza con una de las barras horizontales que recorren el autobús de lado a lado, quedando como un imbécil delante de las periquitas y arruinando así mi imagen de tipo intelectual misterioso. Un vistazo más detallado a las tías, unido a su tema de conversación me dice que tampoco ha sido ninguna tragedia… la primera idea con la que me he quedado en la peli, es la contraposición Aspiraciones Vs. Conformismo. Apasionante. En serio. Es jodido pelear por tus aspiraciones cuando ya tienes algo que hace que tampoco estés mal del todo, ¿no?, es decir, es jodido. A veces a uno le gustaría estar totalmente desesperado para no tener nada que perder e ir a por todas con una venda en los ojos y sin que nada te importe una mierda. Empezar de cero. Jugártela. Tratar de hacer realidad tus sueños, en todas las facetas de la vida: amor, sexo, amistad, familia, trabajo, sexo… quiero decir, hacer de la ambición el incentivo que haga que nos levantemos por las putas mañanas, marcarnos unos objetivos y ser conscientes de que fracasaremos muchas veces, pero que merecerá la pena si conseguimos algo. Pero el yang de este yin se encuentra en la cruel realidad, ligada estrechamente en la película con el conformismo. Es una idea que consiste básicamente en ser consciente de tus limitaciones, en aceptar que no merece la pena complicarse la vida con sueños imposibles y que lo más sensato es tratar de disfrutar al máximo con lo que ya tienes, cosas que sabrías apreciar si no las tuvieras. Tratar de minimizar al máximo esa maldición del ser humano de no conformarse con nada, de crearse necesidades que jamás serán satisfechas plenamente porque el ser humano es insaciable por naturaleza, así que no tiene sentido pensar que las cosas pueden mejorar modificando el entorno… según este concepto, la felicidad sería hallada mediante la adaptación al medio de nuestro “yo” interno; es decir, comernos los mocos.
Otra idea expuesta en la película, y para mí el mayor acierto del guión, es un tema que curiosamente ya traté en una entrada anterior. Se trata del papel de la locura. El ambiente de la película nos transporta a un mundo subyugante, donde los caminos están marcados de antemano y donde cualquier incursión fuera de los raíles es tildada de insensatez, de simple puerilidad. Pues bien, a lo largo de la narración se nos presenta la locura como un elemento no contaminado por la funesta carga de los principios subyugadores de una sociedad regida por el orden familiar tradicional; la locura no es insensatez, sino que representa los valores de la verdad y el sentido común por encima del ruido de lo conveniente, de lo sensato.
Y ya está por hoy. Lo dejo ahí flotando…

jueves, 5 de febrero de 2009

Cogito Ergo Sum Gilipollas

17:30. Salgo del curro escopetao y me precipito por la entrada del metro de Ventura Rodríguez. Espero dos minutos en el andén con dirección Moncloa antes de subir al vagón. Una parada hasta Argüelles, transbordo, línea 4, San Bernardo, Bilbao, transbordo, línea 1, Iglesia. Salgo a la superficie a las 17:44. Camino unos pocos metros por el paseo del General Martínez Campos hasta el teatro Amaya. Me acerco a la taquillera.
-Buenas tardes, tengo una entrada a mi nombre.
-¿Qué nombre?
-Soirark, insigne propietario de la prestigiosa franquicia de Blood Bowl, Los Siervos de Soirark, de la LBBEA.
-Aquí tiene.
-Gracias.

Cuando entro en el hall veo a George.
-Hola George.
-Hola Soirark.
Me meo mazo.
-Me meo mazo George.
-El baño está por esa puerta.
Esa puerta parece de todo menos la puerta del servicio. Más bien parece una salida de emergencia, de hecho eso es lo que pone en el cartel verde que tiene adherida, con muñequito blanco huyendo despavorido incluido.
-George, esa es la salida de emergencia.
-El baño está ahí, Soirark, en serio.
Me encojo de hombros y me dirijo a la puerta, que es de estas en las que hay que empujar una barra horizontal para que se abra, en plan salida de emergencia. Empujo y ya estoy en el otro lado. Es una pequeña sala con otras tres puertas, me meto por la de la derecha y me encuentro en un lateral del patio de butacas… busco el baño, pero parece evidente que aquí no lo voy a encontrar, así que me doy la vuelta. Me quedan dos puertas, en una pone “camerinos”, creo que esta tampoco servirá, con lo cual solo queda una opción. El caso es que en esta tercera puerta hay un cartel en el que pone “caballeros”. Menos mal que soy un caballero, porque para el de señoras ya no me quedan puertas.

Salgo del baño. Veo a George.
-Hola George.
-Hola Soirark.
Comprobamos nuestras entradas, yo tengo la fila 7, butaca 14 y Goerge tiene la 13. El problema es que en un lado del patio de butacas van los pares y en el otro los impares, con lo que nos vemos en la obligación de separarnos.
Mi asiento está junto al de un señor que tiene su bastón apoyado sobre mi butaca. Cuando me acerco me lanza una mirada de desconfianza y decido sentarme en el asiento vacío que hay al otro lado, dejando mi butaca vacía entre ambos, mientras balbuceo algo así como “bueno, si no viene nadie…”, el señor pone cara de amimelasuda.

El teatro está petado de gente mayor, debo ser el tío más joven de la sala y de largo. Malos tiempos para la lírica si la media de edad de su público no baja de los 67,83.

A las 18:03 se apagan las luces y se alza el telón. El decorado es sencillamente horroroso, recrea el interior de una casa antigua cuyas paredes están “decoradas” con papel pintado a rayas verdes y amarillas.
El espectáculo consiste en una serie de piezas de ópera y zarzuela. Los intérpretes están acompañados al piano por un tipo ruso muy simpático. Hay otro tío que, además de ejercer de tenor, va presentando las piezas que van siendo interpretadas y comenta que el tema general de los fragmentos es el amor y la nostalgia… el amor en la nostalgia… la nostalgia en el amor… ¿se puede tener nostalgia del amor sin haberlo experimentado plenamente?

Me veo transportado por la música. En estos momentos me da por pensar en mis movidas. De repente me percato de que un pavo se ha sentado a mi lado. El tío empieza a cuchichearme algo y yo me giro hacia él con cara de mala hostia, entonces levanta un poco la voz.
-Soirark, deja ya de pensar.
-¿Qué? –estoy flipando.
-Que no pienses tanto, joder.
-Vete a la mierda.
El señor del bastón empieza a chistar y a gruñir entre dientes a causa de nuestra discusión. Afortunadamente cuando me vuelvo a girar, el pavo entrometido se ha ido a tomar por culo y puedo continuar disfrutando de la música junto con el abuelete cascarrabias.
En un impasse de la gala lírica, el presentador anuncia la actuación de Asun, que sale a la palestra y borda un fragmento de la zarzuela La Alhambra, arrancando la mayor ovación de la tarde.

Cuando termina la función me reencuentro con George en el hall y vamos hacia los camerinos a buscar a Asun pasando por la salida de emergencia y tal. Por el estrecho pasillo nos cruzamos con el tipo ruso que tocaba el piano, que nos saluda con un gesto de cabeza y una sonrisa de circunstancias.
Cuando Asun sale nos vamos del teatro y pillamos el metro, línea 1, Iglesia, Bilbao, Tribunal, Gran Vía, Sol, Tirso de Molina, Antón Martín, Atocha, Atocha Renfe, transbordo al cercanías, me suena el móvil … pillamos la C4, Villaverde Bajo, Alto, Margaras, Getafe Centro. Me planteo pillar el metro hasta J de la C, pero lo descarto porque me apetece dar un paseo, qué coño. Me separo de Asun y George en Palacios.
-Adiós chicos.
-Adiós Soirark.
-Hasta pronto Soirark.
En el camino hasta mi casa voy reflexionando mientras el aire frío llena mis pulmones. Escucho unos pasos a mis espaldas. Giro la cabeza de soslayo y ahí está, el capullo entrometido del teatro. El hijoputa debe de haberme seguido. Ahora tiene la desfachatez de señalarme con el dedo. No dice nada, pero puedo escucharle en mi cabeza. Me lanzo hacia él, haciéndole tropezar y caer en la calzada justo cuando pasa un autobús a toda hostia… Su voz se ha desvanecido, mi mente vuelve a ser libre.

No hay tiempo para remordimientos. Él se lo buscó, soy un puto killer de tipos raros telépatas… ja jajaja jajaaaaaaaaaaaaa jaja jaaa.

lunes, 2 de febrero de 2009

Resaca II

Me despierto con resaca... ayer no salí de casa y lo único que bebí fue zumo de naranja del Mercadona... me levanto a duras penas y veo por la terraza que está lloviendo. Un típico día para fingir una enfermedad y quedarse en la camota, sin duda. No obstante [...].

Cuando llego al curro casi es de día. Ficho a y veinticinco y me encamino a mi mesa con cara de perro y sin saludar a nadie. Cuando me pongo a leer un correo siento un dolor palpitante en el cerebro [...]. La música que oigo perfila mi estado de ánimo. No tengo nada que hacer salvo pensar y escribir palabras huecas. Tiempo desperdiciado... me la suda, como todo últimamente.

domingo, 1 de febrero de 2009