miércoles, 20 de agosto de 2008

La conciencia de la conciencia

"Cada noche me enfrento a la necesidad de expresión exigida por lo más profundo de mi cerebro... la necesidad radica en un ansia casi incontrolable de expresar por algún medio todo aquello que ocupa mis pensamientos la mayor parte del tiempo. La creación de un blog me ha servido en cierto modo como medio de expresión, como válvula de escape. Hay veces que escribir para uno mismo no es suficiente, uno necesita saber que hay alguien al otro lado. El problema radica en que, cuando uno escribe siendo consciente de que hay alguien que pueda estar "escuchando", la libertad de expresión (en un sentido que va más allá de lo que se nos viene a la mente cuando pensamos en esta expresión) queda coartada por infinidad de movidas; y es que hay cosas que símplemente no puedes expresar
[Golfo está megatristón, entra en mi habitación con sus gemiditos habituales, el pobre; es el primer perro emo de la historia].



Siempre hay cosas que es necesario guardarse para uno mismo, aunque a veces sucede que tienes la necesidad acuciante de confiar en alguien... a mí me cuesta mucho expresarme cuando hablo de mí mismo, por lo general se me da bastante mejor escuchar a los demás, y a la hora de exponer mis pensamientos siempre tengo miedo de no ser comprendido o ser malinterpretado o que mi interlocutor no alcance a comprender lo que trato de expresar. La comunicación es algo tan complejo y a la vez tan necesario... Envidio a aquellos capaces de ser transparentes y mostrarse tal como son a los demás sin ningún tipo de complejo. A mí me cuesta bastante, pero aunque lo consiguiera, siempre hay cosas que uno preferiría dejar en el tintero. Y creo que todos, en mayor o menor medida tenemos nuestro lado oscuro que es tan necesario (o más) que la parte de nosotros que mostramos al exterior. Y es que uno llega a creer (con o sin razón) que el mundo puede no comprendrer lo que deseamos o incluso juzgarnos y condenarnos por ello. Es el miedo pues, quien limita nuestra libertad, el miedo a no ser comprendido, a causar malas impresiones o malas interpretaciones, cuando seguramente no se trate más que de paranoias, pero el valor a veces es un bien escaso y el miedo es el que gana la partida en la mayor parte de las ocasiones. Bueno, me estoy liando un poco y no son horas."

Para terminar, voy a poner una frase de José Ángel Mañas que he leído hoy en la novela Sonko95:
"... el arte como conciencia de la conciencia...".
Es una idea interesante que la expresión artística sirva al ser humano como medio para calibrar los conceptos de su propia conciencia.

Dedico esta entrada a todos aquellos que deseen lo inalcanzable; la infelicidad es un estado que implica que el opuesto exista... en algún lugar, esperemos.
Buenas noches.

lunes, 4 de agosto de 2008

Día 80. Wichi wichi woky.

Estoy de vacaciones. Me despierto y me lanzo al ordena inmediatamente, me echo unos pros y curioseo por la red... se supone que había quedado con los níguers para echar unos básquets en Ciudad Universitaria, pero hoy sencillamente no es el día. Al rato me avisa Páter para comer y tal, me echo la siesta, y vuelvo al ordena, veo los últimos episodios que me faltaban de la segunda temporada de The IT Crowd, y a continuación curioseo la entrada de Wikipedia de dicha serie, en la descripción del personaje de Moss dice que presenta síntomas del síndrome de Asperjer, así que me intereso por este síndrome y miro la entrada que viene vinculada, me leo toda la entrada y me paso las horas muertas recibiendo diferente información de diferentes movidas hasta que me levanto del ordena para ir a cenar... me llama Manu, lo cojo y me dice que han quedado a las doce por si me animo, le digo que no, que me encuentro apático y sin ganas. También veo que tengo llamadas perdidas de Álvaro Básquet y Dani Glez. Al rato saco a Golfete y después me doy un ducho y decido que sí que voy a salir, así que salgo y llamo a Niguermanu y quedo con él y con Niguerfrán. Pillamos el bus hasta Plaza Elíptica y de ahí el metro hasta Legazpi, donde Manu ha quedado con su chica, que se llama Marta (creo). Después vamos a Sol y esperamos cinco minutos hasta que llega Niguervaro, entonces vamos al Dubliners, donde Varo y Fran se piden un Long Islan Ice Tea (no sé por qué coño lo llaman Ice Tea, si lleva de todo menos té), Manu se pide un convinado que sabe a red bull que tira para atrás, Marta bebe un Sex on the Beach y yo un Brugal con Sprite y después otro (estoy algo tenso y bebo con rapidez). A nuestro lado hay un grupo de unas cinco o seis tías a las que Niguerfrán ya ha echado el ojo. Lamentablemente aparece un guiri con un cerdo gigante con alas hecho de escayola o plástico o algún material hueco por el estilo, y empieza a dar el coñazo a las tías hasta que se piran, mientras Fran y Varo maldicen su suerte, yo también maldigo la mía, aunque sin saber muy bien si me importa una mierda en realidad. En una tele están poniendo un partido de Críquet en el canal Sky y en otra tele está puesto el Eurosport y están echando una recopilación de hostias de kick boxing. Cuando terminamos las bebidas, nos vamos al O'Connels, que es un garito clónico al Dubliners y está justo al lado... el puerta nos da su visto bueno y entramos hasta el fondo del local bajando unas escaleras, y nos apalancamos en un barril junto a la puerta del baño de tías y justo enfrente de un bafle enorme que escupe rap comercialoide yanky sin parar para delicia de la clientela predominantemente guiri del antro, digo local. Los chicos no paracen contentos (el único que sí lo parece es Manu, que para eso está con su piva) porque no hay mucho percal y el que hay es de una calidad por debajo de lo permisible, aunque en un rato la cosa parece mejorar... me dicen estos que hay una morena que me ha mirado un par de veces, me giro y veo que es una pava de unos treinta y tantos o veitimuchos mal llevados, mide uno sesenta y viste una blusa azul y en los hombros se le ve la tira del sujetador, que es de color verde foforito. Desde luego no merece la pena el esfuerzo, pero decido esperar acontecimientos, la morena está en la barra junto a una amiga, yo me acerco a la barra junto a la morena, más que nada porque es el mejor sitio para pedir mi cuarto o quinto Brugal con Sprite, el problema es que tengo delante a un pavo que no sé si está esperando para pedir o si piensa pasarse ahí toda la noche, para colmo no para de mirar hacia atrás, como si yo tuviera intención de violarle o algo así. Finalmete le atienden y le ponen un cubo lleno de hielos y unos tercios de Heineken y Coronita (no comprendo cómo a la gente le puede gustar esa mierda, que no es más que agua coloreada a la que hay que ponerle una rodaja de limón para que sepa a algo, y encima llaman a eso cerveza...), el camareta le da las vueltas, pero el pavo como que se pone nervioso y se le cae una de las monedas al suelo, yo me agacho y le se la doy con mi mejor gesto buenroyista, con lo que el pavo parece darse cuenta de que no soy ningún violador ni nada por el estilo y me brinda un gesto de agradecimiento. Después se pira con sus birras y yo cojo sitio en la barra junto a la morena que se ríe con su amiguita y parece estar pasándolo muy bien porque empieza a bailar y a rozarse un poco conmigo, mientras mi atención se centra en los camaretas, sobre todo en la piva, que debe de ser la única tía con un mínimo de atractivo en todo el garito (bueno, la novia de Manu tampoco está mal, pero para mí las pivas de los colegas son sagradas). Finalmente llamo la atención de un calvo y logro que me ponga mi ansiado convinado, me quedo un rato ahí parado, dando pequeños sorvos a mi bebida y rellenado la copa con el Sprite sobrante, hasta que me percato de que hay más gente detrás que quiere pedir, así que vuelvo con los demás. Varo me pregunta por la morena y yo le digo que no me ha dicho nada y que ella se lo pierde, él me dice que lo llevo claro si pretendo que sean las pivas las que den el primer paso, yo me encojo de hombros mientras le doy un buen trago a mi brugalito pensando que no pienso hacer el más minimo esfuerzo por una piva con tan poca idea para convinar una blusa con un sujetador... al rato ponen un tema que me suena, es Michael Jackson, el tema este cuyo estrivillo es wichi wichi woky, wichi wichi woky, achu wokyyyyyyyyyyyy, a continuación ponen el I Will Survive y yo empiezo a estar algo más animado así que me marco un baile mientras hay un reguero de pivas que no dejan de entrar y salir del baño y las tengo que ir esquivando porque estoy delante de la puta puerta, hay alguna que no está mal, pero la verdad es que con todos los brugales que llevo en el cuerpo voy bastante a mi bola, además Fran y Varo se han ido a deambular y cuando vuelven se ponen a hablar con Manu así que yo me pongo a hablar con Marta, que me cuenta cómo conoció a Manu y que estudia medicina, yo le digo que habitualmente me intereso por algunos trastornos psicológicos como el síndrome de Asperger y alabo su capacidad de trabajo para llevar a cabo semejante carrera y le digo que tiene que ser un curro con una gran carga emocional. Ella me cuenta que le gusta el ron, pero que lo bebe con limón, así que prueba el mío que es con Sprite y dice que está bastante bueno. Después vienen Manu y los demás, y Varo se pone a negociar con un vendedor de rosas y le compra una de estas gafas que tienen luces, iguales a las que llevaba yo en Nochevieja, y que me regaló mi prima Rocío para que fuera haciendo el gamba por ahí, pero al rato se cansan de las gafas y las tiran al suelo y se ponen a pisarlas hasta que acaban destrozadas. Después de eso yo vuelvo a mi puto mundo hasta que encienden las luces del garito (no sin antes tomarme el último peloti cortesía de Marta; "le has caído bien" me dice Manu mientras me da el vaso, yo pienso que por lo menos la noche ha mericido la pena por conocer a una nueva coleguita, Manu es un tío con suerte el cabronazo, por que es una tía bastante maja). El caso es que salimos y nos despedimos de Niguervaro que se pira andando (creo que vive por Príncipe Pío) y de Marta y Manu que va a acompañarla. Así que nos quedamos Fran y yo y nos encaminamos hacia Atocha, pasando por el Congreso de los Diputados. Al poco de llegar a la cola del búho, aparece Manu, que dice que solo la ha acompañado hasta cibeles, así que los tres nos cogemos el bus hasta Getafe y tras el breve trayecto nos despedimos hasta la próxima. Yo regreso a casa y me acuesto con un ligero mareo pero consigo dormir bastante bien. Sigo de vacaciones.