No escribo porque prefiero hacer cosas en vez de escribirlas.
Pido disculpas.
El tiempo se escapa sin tiempo para pensar. Es como si uno tuviera que elejir constantemente a qué dedicar el tiempo, y mientras tanto él sigue avanzando, inexorable... imparable.
Tiempo. Tiempo. Hasta los huevos del tiempo.
No quiero tiempo. Quiero momentos.
jueves, 26 de mayo de 2011
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