jueves, 13 de noviembre de 2008

Nada

La muerte quizá solo sirva para que sepamos apreciar la vida, para no volvernos perezosos. Yo no quiero morir.

La muerte es patética.

La música es la mejor droga, es la mejor máquina virtual. El otro día, uno de los días más felices de mi vida, sentí que regresaba a tiempos pasados, tiempos no necesariamente mejores, de hecho no mejores en absoluto... pero recordé lo bueno de aquello; SENTÍ cómo me SENTÍ y cómo supe continuar pese a la desesperación y la soledad, cómo amaba sin amar y todo gracias a alguna canción y mi química cerebral. ¡Dios, que ganas tengo de amar ahora!

Los atardeceres desde el autobús son preciosos. Amor, atardeceres y una canción... quiero vivir muchos más, no quiero que acabe, quiero amar. El cielo es infinitamente hermoso.

Hoy mi muñeca derecha huele de puta madre... gracias Eva. Lo de los olores es caso aparte, son como una buena canción, te transportan ¡¡¡VIVA LA PUTA QUÍMICA DEL CEREBRO!!!

Quiero morir sintiendo, no quiero que acabe, no quiero dejar de sentir, cuando deje de sentir ya estaré muerto. Todo se perderá en el tiempo, como lágrimas en la lluvia, como dice el Nexus-6... como dice Iván y ahora yo.

"Your time is now!"

"I just wanted to hold you in my arms..."

No hay comentarios: