miércoles, 2 de diciembre de 2009

Pero no

Y de repente me he dado cuenta de lo que importa en realidad. No, de repente no. Han sido necesarios algunos años. Años de travesía en el desierto, de no entender nada porque nada importaba, porque nada sucedía. Porque lo que secede son las personas y la compañía y lo demás es gastar el tiempo, erosionar miradas, remar contracorriente.

Últimamente he escuchado que "el amor es el motor". Supongo que todo es más sencillo cuando lo tienes de tu lado, cuando no es el enemigo. Creo que es cierto, el amor puede estar de tu parte o en el bando contrario, pero en cualquier caso es lo que nos mueve, o a mí por lo menos, pese a que juegue con una camiseta diferente.

No es más que química, naturaleza del cerebro, pero la naturaleza podría habernos privado de ello, podríamos ser seres despojados de sentimientos, de alegría y tristeza... al fin y al cabo tan solo estamos aquí un momento... pero no, no lo ha hecho [otorgar cualidades humanas a la naturaleza, como la conciencia o la funcionalidad siempre me ha pareceido una tocada de pelotas. La naturaleza es azar, un azar maravilloso que nos ha proporcionado la posibilidad de amarnos los unos a los otros, los otros a los unos (...)].

"La suerte, la fortuna,
el destino, el azar,
la estrella, el acaso, la casualidad,
la carambola, la buena ventura,

la ilusión, el sueño,
la chispa... el acto."

Pasan las Luces - Facto Delafé y las Flores Azules.

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