lunes, 4 de marzo de 2013

Aceptamos el Amor que Creemos Merecer

…acabo de ver mi película favorita por primera vez.

Durante los créditos pienso…

Estoy en Conil y es febrero. Un pueblo de playa en invierno. No hace frío. Cenamos todos en una terraza. Es el restaurante típico de verano con mesas en la calle. El pueblo está casi desierto, lo tenemos para nosotros. Después de cenar nos vamos a la playa a beber. Cantamos, corremos por la playa. Gritamos a la noche, a la oscuridad del mar. Somos libres. Por primera y única vez en nuestras vidas. Después de gritar con todas nuestras fuerzas, Iván dice que esa es la imagen que quiere tener en la mente el instante antes de morir. Todos nos miramos, respirando el momento. Soy feliz.

Las luces se encienden y me parece imposible poder regresar a la realidad, a coger el metro, a llegar a casa… decido ir andando a Sol por la Gran Vía. Antes paso por plaza España. Está lloviendo, voy flotando sobre la acera mojada y brillante, sin pensar en nada, solo temiendo que acabe la sensación. Antes de entrar en el cine era una roca, un amasijo de apatía y ahora estoy flotando.

1 comentario:

Lau dijo...

¡Optimismo maníaco!