martes, 13 de diciembre de 2011

Rojo

Observo las luces nocturnas de las calles mientras voy escuchando Máxima FM a toda hostia, en el coche de esta tía que tiene una hija y treinta tacos y está buena, joder, más buena cuanto más bebo, cuanto más avanza la noche. Estamos en esta discoteca de Chueca, prácticamente solos y un pavo y una pava le han pedido a Rubén que haga un trío con ellos, y él está voladísimo y les dice que si lo quieren hacer conmigo y ellos dicen que no, que lo quieren hacer con él, pero él se pira y se pierde entre la gente y yo voy a la barra y me pido un Barceló con Sprite y vuelvo a hablar con Carlos y Jaime sobre no sé qué y le digo a Carlos que Vanesa está buena y Carlos me dice que es madre y yo sonrío y bebo y me siento en el suelo y veo las luces rojas que giran en la oscuridad de la discoteca y no veo a nadie, solo veo luz roja y cierro los ojos y solo hay rojo, un rojo que palpita en mis sienes y me mareo y abro los ojos y siento el peso de mi cuerpo, atraído hacia el suelo de manera irremediable y oigo nombres y oigo el tiempo y salgo a la calle, cojo un taxi y me voy a casa, con una sensación de vacío inabarcable, un vacío sucio y abismal, que se ciñe a mi cuello y me ahoga...