viernes, 5 de febrero de 2010

Poder querer dejar de serlo

Pues hoy he dormido bastante bien, bueno, al menos hasta que ha sonado el despertador, claro... ese aparato infernal que nos arranca de la más completa de las felicidades oníricas. Aunque pensándolo bien, en realidad no tengo despertador, sino que utilizo la alarma del móvil. Bueno, pues eso.
El caso es que he cogido el tren y he ojeado un par de diarios gratuitos y he llegado al trabajo y he bajado al bar y me he tomado un café y comido un bocata de bacon con queso que me ha venido de perlas porque ayer apenas cené unas palomitas y unos gusanitos. Estaba en la mesa del bar mirando por la ventana y me he acordado de una piba que antes iba a desayunar de manera asidua, pero que ya hace algún tiempo que no aparece. Su pelo largo y liso era de un tono castaño oscuro y sus rasgos faciales parecían haber sido perfilados por el cincel de un escultor. Sus ojos poseían un brillo indescriptible, de una belleza insondable... bueno, seguramente no fuera para tanto, seguro que no.

De vuelta al trabajo me he puesto a escuchar a Sonata Arctica y a teclear en el ordenador.

"Sitting in a corner all alone, staring from the bottom of his soul..."

No puedo ser libre porque no poseo la voluntad.

"Runnig away from it all..."

No poseo la voluntad porque soy débil.

"Can this be wrong, it's love that is not ending,makes him insane to know......."

Soy débil porque no puedo querer dejar de serlo.

"In the mist of the morning he cannot fight anymore..."

Lo único que sé, es que es viernes y mañana no me sonará el despertador, o la alarma del móvil, mejor dicho.

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